¿Cuál es la diferencia entre una presentación buena y una mala? ¡De la buena te acordarás!
Si eres como la mayoría de gente y crees que una presentación puede ser interesante solamente si hablamos de temas “divertidos”, te invito a que veas una charla TED de Ashley Stahl que trata sobre un secuestro. Nunca sabes si te va a agradar lo que oirás a continuación, pero no puedes parar de escucharla. Aquí va el link.
Y de eso se trata: de ganarte a tu audiencia.
¿Cómo conseguir que tus oyentes quieran más?
Aquí va el decálogo de una presentación de 10
1. Planea tu presentación por escrito y define cada paso.
Una preparación meticulosa te ahorrará mucho tiempo en total. Para empezar, define tu público (¿es un público conocido o desconocido?, ¿es un público unicultural o multicultural?, ¿vas a dar la presentación en tu país o en algún otro?) Luego elige tu estilo. (¿Cuál sería el más adecuado?, ¿Más o menos formal? Define el objetivo de tu presentación (¿Qué quiero conseguir? ¿Vender? ¿Informar?) Y al final piensa sobre tu información estrella. Para que la presentación tenga valor para el oyente, le tienes que proporcionar por lo menos una información que él no supiera.
2. Ponte en la piel de tu audiencia.
Detente a pensar por qué tu audiencia estará allí. ¿Para conocer un nuevo producto? ¿Para comprar o no comprar? ¿Para profundizar en alguna problemática? ¿Si fueras tú el oyente, qué te interesaría oír? Apunta todos los puntos interesantes con sus explicaciones. Ahora bien, ¿hay algo que se podría sustituir por un gráfico o imagen que revelaría la misma información que comentarías? Además, averigua si tu audiencia es nativa o nativa en el idioma que presentas, intenta evitar mucha jerga y expresiones complicadas.
3. Haz una presentación simple y al grano
Lo que más dispersa al público son frases largas con poco contenido. Intenta ser breve, conciso y al punto, pero a su vez, elabora mensajes específicos que atraigan la curiosidad. Cuando tengas la presentación hecha, intenta acortarla a un máximo de dos tercios en total. Y para no dar demasiados detalles, apóyate en imágenes visuales.
4. Siempre preparado 5 minutos antes de empezar
Parece mentira pero, ¿cuántas veces has vivido que la presentación no empezara en el tiempo estipulado? Yo demasiadas. Muchos presentadores retrasan sus principios con la excusa de “5 minutos de cortesía para los que vienen tarde” pero en realidad están todavía arreglando los problemas técnicos del último momento o repasando sus diapositivas. Los grandes presentadores usas esos momentos para conectar con su audiencia o a saludar y dar las gracias a nivel personal.
5. Lustra tus zapatos
Los humanos somos seres nongratos. Y nos gusta juzgar la apariencia de los demás. Cuando das una presentación, te expones bajo el foco de muchos críticos. Vístete acorde con lo que quieres transmitir. Con la ropa bien elegida no solamente transmites más respeto y confianza, sino también evitas distraer a los demás con tu pantalón arrugado.
6. ¿2 respiraciones profundas?
A cada presentador le sube la adrenalina antes de su discurso. Eso es inevitable. Simplemente porque hay algo en juego: su reputación, producto o su empresa. Para conseguir el máximo resultado tienes que confiar en ti mismo y aprender a calmarte en las situaciones difíciles. ¿Necesitas respirar hondo antes de empezar? ¿Tomar la postura de la victoria durante unos cuantos minutos? ¿Preparar los argumentos para todas las posibles objeciones? Haz lo que sea necesario para preparar tu mente, porque las emociones son contagiosas.
7. Declara tus intenciones (dale una agenda y puntos qué esperar)
Nuestro cerebro asimila mejor la información cuando está preparado a recibirla. Con pautas al principio de tu presentación, tu público sabrá qué tipo de información puede esperar, si tendrá espacio a preguntas después de cada bloque o solamente al final y si le espera algún bonus al final. Dándole una estructura no solamente a tu presentación sino también a tus oyentes, contribuyes a la claridad y a la mayor involucración del público.
8. Piensa menos en lo que quieres decir y más en cómo quieres que tu oyente se sienta
No rebusques las palabras, ni intentes sonar sofisticado. Lo más importante es el valor añadido que tu público se lleve de la presentación. Y para que eso suceda, se lo tienes que facilitar tú. En varios estudios se ha demostrado que la mejor manera de acercar los datos a los humanos es a través de historias. Qué habla más por si mismo: «Esta cisterna es de 10 hectolitros» o «con esta cisterna suministrarás agua a la aldea durante una semana».
9. Encuentra tu propia voz
Quizás es uno de los puntos más difíciles. Seguramente habrás oído conferenciantes espectaculares y con diferentes estilos. Pero no intentes copiarlos. Busca tu propia esencia. ¿Cuáles son tus puntos fuertes? ¿Dispones de información interesante? ¿Tienes una bonita sonrisa? ¿Se te dan bien los chistes? Utiliza tus puntos fuertes para llamar la atención del público y haz unas pequeñas pausas antes de transmitir la información más relevante.
10. Cierra con preguntas
Asegúrate de dejar suficiente espacio para el debate posterior. No hay nada más decepcionante para tu público si después de haberte escuchado con paciencia se vayan sin sus dudas resueltas. Presta atención a ese detalle, al final el debate posterior también revela si lo que presentaste has sido de interés o utilidad para los demás.
Regla de oro:
Haz siempre tu mejor intento con cada presentación. Nunca tomes atajos. Cada audiencia merece la mejor versión de ti mismo.
¿Y tú? ¿Últimamente, en cuántas presentaciones no mirabas el reloj constantemente ?