Aprendizaje motriz efectivo

En el artículo anterior, explicamos cómo funciona el ciclo de aprendizaje y cómo podemos potenciarlo con la repetición. Independiente de lo que vayamos a hacer, vamos a correr el peligro de no tener tiempo suficiente para la práctica. Para sacar el mayor rendimiento posible, debemos aplicar diferentes estrategias.

¿Qué son las habilidades motrices?

Cualquier habilidad se engloba en uno de dos principales tipos: la mental o la motriz. Las habilidades motrices son aquellas relacionadas con la actividad física que requieren fuerza, equilibrio, coordinación y destreza. El cuerpo es el protagonista de la motricidad mientras que el cerebro se relaja.

Habilidades y la memoria a largo plazo

Relacionadas con lo mental o motriz diferenciamos también dos tipos de memoria a largo plazo:

La memoria procedimental – vinculada con la actividad física. Es responsable por las habilidades motrices.

La memoria declarativa – vinculada con el conocimiento e información. Es responsable por las habilidades mentales.

La memoria procedimental y la motricidad

La memoria procedimental es la que almacena las habilidades motrices. Se trata de una memoria subconsciente a la hora de involucrar la actividad física o movimientos. Algunos autores la denominan también la “memoria corporal” o la “memoria muscular” dado que en general es adquirida tras mucha repetición. El aprendizaje físico dura mucho más tiempo y esfuerzo hasta que el cerebro automatice todos los procedimientos.

Un buen ejemplo en este caso son los niños pequeños cuando aprenden a andar o escribir. Ambas actividades requieren meses de práctica y precisión. Sin embargo, ninguna de las habilidades se hubiera efectuado sin pasar por fases previas como conseguir ponerse de pie, sostenerse solo o hacer la pinza y aprender a sujetar el lápiz.

Una vez aprendidas, las memorias procedimentales se graban en lo subconsciente y se activan automáticamente cuando son necesarias. Eso en términos generales significa que cuando aprendes una destreza física, no la olvidarás. Pero de la misma manera será muy difícil el rectificarla.

Fases de la memoria a largo plazo

Uno de los conceptos claves de la memoria a largo es que el aprendizaje continúa mucho tiempo después de terminar la práctica. Para optimizar es importante saber en qué fase de las tres nos encontramos en cada momento.

  1. CODIFICACIÓN – en la fase de la codificación realmente practicamos la habilidad.
  2. CONSOLIDACIÓN – en esta fase el cerebro empieza a convertir la práctica en un estado permanente.
  3. RETENCIÓN – en esta fase recordamos la práctica sin tener que pensar sobre ella.

Cuando estamos en la primera fase, las cosas que estamos aprendiendo se encuentran todavía en un “estado frágil”. Incluso después de haber acabado con la práctica, nuestro cerebro necesita tiempo para procesar lo aprendido e internalizarlo en la memoria a largo plazo. La consolidación suele tardar unas pocas horas y es precisamente en este paso cuando corremos el riesgo de la interrupción. La interrupción ocurre cuando otro proceso cognitivo compite por la energía cerebral y la atención que necesita para consolidarse apropiadamente.

Por ejemplo, cuando uno está aprendiendo a tocar la guitarra y nada más terminar se pone a estudiar un tema nuevo, al cerebro no le ha dado tiempo aún a poder grabar los movimientos practicados. Como ahora mismo el cerebro tiene que invertir mucha energía en el aprendizaje de los conceptos nuevos, “deja de procesar” los movimientos y se enfoca plenamente en la nueva tarea, causando la interrupción y posibles problemas a la hora de grabar los movimientos de las manos en la memoria a largo plazo.

La prevención de la interrupción

Como hemos visto en el ejemplo de la guitarra, la interrupción es la causa del aprendizaje inefectivo y prolongado. Para poder optimizar nuestro ciclo del aprendizaje debemos evitar la interrupción a toda costa.

La mejor manera de hacerlo es dormir después de la práctica física. Varios estudios han demostrado que es más fácil adquirir y grabar una destreza cuando la practicamos hasta máximo dos horas antes de dormir. Si nos dormimos justo después de la práctica, prevenimos la posible interrupción y nos garantizamos una consolidación perfecta en la memoria a largo plazo.

Te reto a que pruebes a practicar una nueva habilidad/ canción/ destreza y te acuestes después de hacerla sin distraerte con otras cosas. Cuando te levantes, dedica a la misma actividad unos 15 minutos y verás que eres capaz de recordarla con mayor facilidad.

Have a nice week!

Mon

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