Tras 16 años en el mundo de los idiomas extranjeros, me di cuenta de que hay 2 principales factores que matan su aprendizaje y que culpables somos todos.
La sobreprotección del alumno
¿A qué me refiero con eso?
La mayor parte de los profesores usa métodos convencionales. Usa libros de enseñanza, audios o vídeos con contenidos adaptados e intentan a enseñar cómo salir del paso en situaciones concretas. Cuando el foco está en la supervivencia, muchas otras cosas importantes se nos escapan.
Toda la vida te llevan a lo teórico, aprendes cómo funcionaría un modelo en un mundo ideal, pero no te preparan para el mundo real con el cual te vas a encontrar.
Quieren ayudarnos, pero generan el efecto contrario.
Los humanos nos acomodamos rápido. Cuando en algún artículo o vídeo no entendemos unas pocas palabras, nos sentimos cómodos, pero al mismo tiempo, nos privamos de todo lo demás que podríamos aprender con un artículo más complicado.
Es más, frenan nuestro aprendizaje y fomentan frustración cada vez que la vida real nos saque de la zona del confort. “Si para eso no estaba preparado.”
Pero si uno se acostumbra a “sufrir” y sentirse desprotegido desde el principio, es una condición con que se aprende a lidiar. Si además le enseñas estrategias de cómo reinventarse y trabajar con lo que ya sabe y que no es ningún fracaso no entender o sentirse limitado, le estás preparando mucho más para la vida real.
Cuántos de nosotros salimos de la universidad descubriendo que la mayor parte de lo que nos habían enseñado no nos vale. Pero cuando en el trabajo nos piden que nos remanguemos, no nos queda otra que aprender a golpes.
¿Entonces qué es lo que deberían fomentar los profesores en el aprendizaje de idiomas?
Retos constantes y técnicas para superar las situaciones inesperadas.
Innovación y reinvención de los alumnos y trabajar en primer lugar con lo que ya lleva cada uno dentro.
Que es más común no entender y no saber expresarse como un Shakespeare que sí. Pero de cada situación se sale adelante.
Motivación de descubrir algo nuevo cada día para que el aprendizaje se vea como una aventura en vez de un calvario.
Se facilitan y también complican las cosas donde no deben
Por otra parte, los estudiantes se intentan facilitar las cosas en unas circunstancias y complicar cosas en otras cuando no deben. ¿A qué me refiero con esto?
Muchos tiran de sus profesores como si fueran diccionarios móviles. En vez de esforzarse y reinventarse con las palabras que ya manejan, optan por preguntar directamente al profesor. Al principio, puede parecer una muletilla ocasional, pero en realidad estamos creando un mal hábito. Es mucho más fácil no pensar y el cerebro se acostumbra rápido a que siempre haya alguien que nos ayude. No obstante, la misma costumbre luego causará las ganas de mejor no decir nada cuando no nos sintamos respaldados. Tirar de los profesores como si fueran diccionarios, a su vez conlleva a otra trampa. Exigir unas palabras más sofisticadas. Entiendo que cuando ya sabes decir tanto en tu lengua materna, el otro idioma te va a parecer lleno de limitaciones. Pero unas palabras sofisticadas won’t do the trick si tienes un nivel medio o bajo. Lo único que vas a crear es una impresión poco creíble.
Connection, not perfection
Imagínate que tu habla es como tocar el piano. Tu nivel como pianista es medio. En muchas secuencias cometes errores e incluso, a veces tocas dos teclas a la vez sin querer. Te pones a tocar, vas más o menos acorde, la gente ya se ha acostumbrado a tu ritmo y tus fallos ocasionales y de repente tocas una secuencia de 15 teclas perfecta (una palabra sofisticada) y vuelves a tocar la doble tecla sin querer. Tu público no sabría muy bien qué pensar, simplemente porque esas 15 teclas no sincronizaban con tu estándar. Hay ciertas cosas que no se pueden saltar por mucho que otra persona te diga cómo se dicen.
Si quieres potenciar tu aprendizaje, evita estos dos errores. Exponte a todo lo que puedas en el otro idioma, no rehúyas la dificultad. Tu propio cerebro ya limitará con lo que se queda o no. Y empieza a hablar con lo que ya dispones, no acortes ese camino, reinvéntate y disfruta de él.
¿Sabes todo lo que se puede decir con 100 palabras?
¡Te quedarías asombradx!