A lo largo de los años se han dicho muchas cosas sobre los bilingües. Antaño, algunos los etiquetaban de “extraños” cuando de niños pequeños mezclaban palabras de ambos idiomas en una sola frase. A día de hoy, por contra, muchas veces se les asigna la palabra “dotados” por su mejor capacidad cognitiva. Personalmente, no me quedaría con ninguno de los dos extremos.
Dos en uno
Sí, se han visto casos esporádicos donde el cerebro de un niño no era capaz de asimilar ambos idiomas de manera adecuada, lo cual significó un aprendizaje atrasado y tartamudeos. Pero tampoco podemos confirmar que esos problemas únicamente eran consecuencia del bilingüismo en vez de algún tipo de trastorno de lenguaje en el mismo niño.
Lo que es muy frecuente, sobre todo en primeras fases de adquisición lingüística (hasta unos 4-5 años), es la mezcla de idiomas en las expresiones de los niños. Si son bilingües desde el nacimiento, los primeros años no perciben los dos idiomas como dos sino como una sola lengua.
Para aclarar el concepto, es como hablar de los sinónimos en cualquier idioma. El guau guau y perro significan lo mismo, pero el momento de usarlos en el contexto cambia. Hablando con tu jefe usarías perro y con tu hijo guau guau. De la misma manera, en el cerebro de un niño bilingüe, «a doggie» y «un perrito» son sinónimos. Y como tú sabes que no conviene usar un guau guau con tu jefe, el niño sabe que es preferible usar a doggie con su madre inglesa.
Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que una persona bilingüe no tiene por qué ser dotada. Varias investigaciones en los últimos años demostraron que los bilingües pueden llegar a tener una mejor capacidad cognitiva, porque al hablar dos idiomas emplean mucho más ambos hemisferios y no solo el izquierdo. Cambiando de un idioma a otro con frecuencia hace que el cerebro se entrena a cambiar y cubrir más vías neuronales en milisegundos. Y esa es la agilidad que marca la diferencia.
Sin embargo, si esas ventajas cognitivas fueran tan considerables, el mundo estaría dominado por los bilingües y tampoco es así. Pero sobre todo en la edad temprana y en personas mayores es donde se pueden apreciar más diferencias. Si quieres saber más sobre las ventajas del bilingüismo, te recomiendo leer mi artículo Las ventajas de hablar idiomas extranjeros.
Pero no todos los bilingües son igualmente bilingües
Esto significa que, para conseguir un bilingüismo equilibrado, la persona en cuestión debería estar expuesta a ambos idiomas igualmente. Durante el mismo período, con la misma recepción pasiva, con la misma interacción y riqueza de estímulos. Y eso simplemente no pasa.
Es bastante probable que en la edad temprana el mayor estímulo llegue de la madre, porque suele ser el pariente con quien más tiempo pasa el bebé. Pero en el caso de mi hijo, aunque yo pase más tiempo con él dentro del núcleo familiar, en proporción pasa mucho más tiempo en el entorno hispanohablante y por tanto tiene más fluidez en español que en eslovaco.
Cuando uno crece, el idioma de los centros educativos influye a gran escala, pero el entorno fuera de clase también juega su papel. Si estás escolarizado en solo uno de los idiomas, la habilidad de escribir en ese idioma se impone al otro. Y si la mayor parte de tu entorno es de un idioma, tu capacidad de cambiar de registros más coloquiales a más formales también predominará en ese idioma.
De hecho, incluso he conocido personas cuya segunda lengua de las dos nativas es tan minoritaria que, aunque la entienda perfectamente, nunca escribe en ella y encuentra auténticos problemas a la hora de expresarse verbalmente.
Uno de los casos interesantes que he tenido suerte de conocer, ha sido el de mi profesora de ruso en la Universidad Complutense. Hija de padres hispanos, (y en casa hablaban solamente en español) creció en Sant Petersburgo y pasó en Rusia sus primeros 18 años de vida. Luego se vinieron a España. Cuando la profesora hablaba en castellano, tenía una expresión natural y perfecta, pero tenía un acento ruso muy fuerte. Posteriormente aprendí que a veces la entonación y acento de un idioma se pueden interponer sobre el otro.
Una de las lenguas es siempre dominante
Igual que los ambidiestros usan ambas manos, los bilingües usan ambas lenguas. Pero siempre una de ellas va a ser dominante. Como hemos mencionado antes, debido a que las personas bilingües no crecen en ambientes perfectamente bilingües, por naturaleza no van a dominar ambos idiomas al mismo nivel. A no ser que se entrenen a propósito como los traductores o intérpretes.
El escenario común es que predomine el idioma de la madre, padre o el del entorno según la exposición y estímulos a lo largo de los años. Pero en varias ocasiones, las tareas en concreto se ven vinculadas con una de las dos lenguas. Puede ser por el orden en el cual se adquirieron los conocimientos en su momento, por una experiencia en concreto o por algún tipo de apego emocional.
El dueño de un bar estupendo en Malasaña es hispano-alemán. Cuando te atiende, te habla en el español impecable pero cuando se pone a calcular la cuenta, siempre cambia de idioma. En su mente lo calcula todo en alemán y luego te anuncia lo que le debes en español. Hace todo tipo de cálculos en ese idioma porque primero aprendió a contar y estudió matemáticas en alemán. ¿Sería capaz de calcularlo en español? Seguramente, solamente tardaría más en hacerlo. Nuestro cerebro tiende a optimizar recursos y tirar de hábitos, por eso a él le sale natural en el otro idioma.
En la cultura japonesa, dejar de maldecir se ve relacionado con la madurez. Por los mismos motivos, los bilingües suelen usar palabrotas mucho más en otros idiomas que en la lengua japonesa. Independientemente de la dominancia de un idioma u otro, cultural y emocionalmente tienen codificado que hablar mal en japonés simplemente no está permitido a partir de cierta edad.
Últimas palabras
Los bilingües han ganado muchas etiquetas en los últimos años. Privilegiados, retrasados, superdotados… ¿Y tú? ¿Cómo lo definirías?
Conociendo cada vez más historias no sólo bi sino trilingües, las palabras que se me ocurren a mí, son lingüísticamente únicos. Seguramente hay muchísimas personas cuya combinación de lenguas nativas sea idéntica. ¿Pero cuál es su lengua dominante? ¿Hablan y escriben igual de bien en ambas? ¿Quién les hablaba en una y quién en otra? ¿Dónde han pasado más tiempo o en qué idioma suman y restan?
Mějte se krásně!
Mon